Tras el muro de Facebook

Un artículo para dejar de torturarse con las redes sociales

Bloque de imagen y texto

“Todo el mundo se va de viaje. Mis amigas y amigos se están casando, los bebés no paran de nacer, las familias son felices. Hay gente con un trabajo increíble, ¿de dónde sacan tanta plata? Esa pareja tan feliz; qué linda esta mi compañera del colegio, seguro se hizo cirugía porque esta CHURRÍSIMA; quién se iba a imaginar que estos ya compraron casa y hasta perro están estrenando. ¡Uyy se graduó Pepito Pérez y de una universidad en Australia!, tremendo carro, qué linda se ve la modelo…” STOP, CÁLLATE CABEZA POR FAVOR DEJA DE AUTOSABOTEARME.

Esta es a diario la cruda realidad de miles de nosotros, inmersos en dinámicas tóxicas de autodestrucción. Aquí estamos los nativos digitales, los milenials, los que no podemos vivir sin nuestro teléfono y la compulsión que genera permanecer fisgonenando la vida de los otros, comparándonos una y otra vez, intentando tener una vida digna de ser publicada: fotos, videos y mensajes que pongan un MURO de distancia con la realidad. Un MURO que nos permita esconder dolores, frustraciones o inseguridades; un MURO que nos aleje de nosotros mismos y de todo aquello que en ocasiones no queremos ni mirar, mucho menos compartir.

Es que nadie pública en su Facebook los días de intenso dolor, las veces que se encierra en el baño a llorar porque siente que su vida apesta, las rupturas con su pareja, los problemas familiares, las peleas que terminan en golpes que cubre la ropa, las enfermedades y los diagnósticos difíciles, las deudas que quedaron luego de los enormes viajes (que sí fueron publicados), el arroz con huevo que le quitó el hambre cuándo no había dinero, la pinta horrible de los domingos o el look mañanero que a todos nos acompaña.


Nada más cierto es que las redes sociales han alimentado nuestros males mayores como sociedad, con ellas ha surgido de manera más intensa y desgarradora el deseo de aprobación social, la necesidad de ser vistos y sentir a través de los “likes” respecto de lo que hemos dicho algo interesante, estamos en un lugar cool, o tenemos una vida que encaja en los estereotipos. Sí, muchas veces hemos renunciado a ser nosotros mismos, auténticos y diferentes, porque talvez eso no tenga muchos seguidores.

Amargados, siendo la única consecuencia natural de la comparación nos exponemos por horas enteras a explorar el mundo ficticio de los demás, sufrimos por los logros ajenos que comparados con los nuestros son superiores y desde allí despreciamos nuestra vida y sentimos que no es tan buena como la del lado. QUE GRAN ABSURDO toda esta basura, si tan solo entendiéramos que Facebook, Instagram o cualquier otra red social, son el reflejo de una mínima parte de nuestra existencia, esa minúscula parte que creemos digna de ser mostrada, pero NUESTRA VIDA ES MUCHO MÁS QUE NUESTRO MURO.

 

Soy terapeuta y agradezco a la vida permitirme conocer genuinamente tantas historias al desnudo, sin censura, sin juicios y sin expectativas y es desde este rol que he podido entender cómo ABSOLUTAMENTE TODOS luchamos a diario con nuestros gigantes. Algunos luchan con una adicción, otros con una enfermedad, una pareja maltratadora, una familia disfuncional, un hijo difícil, desempleo, recursos insuficientes, depresión, ansiedad, miedo, infidelidad, abuso sexual, maltrato, bullying, etc. Estas realidades jamás serán publicadas en Facebook, sin embargo todos estos son los mismos protagonistas de las fotos en lujosos restaurantes, hoteles, viajes, casas, carros y becas.

Escribo este artículo como una invitación para todos nosotros los usuarios de las redes sociales. Primero a aceptar su historia con brillos y sombras sin sobreexigencias, a ser real y genuino y no tener miedo de exponerse realmente, pues en usted como en todos hay grandeza sin importar quién pueda darle un like. Segundo, a ser un observador compasivo y objetivo de las demás personas entendiendo que sus vidas son mucho más que lo que dejan ver y que las comparaciones siempre son odiosas e inútiles, todos vamos por la vida dando la pelea, intentando lo mejor. ESTO NO ES UNA COMPETENCIA, aquí todo el mundo está hecho para ganar y llevarse el protagonismo de su propia historia sea como sea que la quiera construir.

Así que, si me permite darle un consejo: deje de perder tiempo en las redes sociales y en vez de poner un muro de contención construya cada día su mejor versión, haga de su vida algo emocionante ¡y sonría, NO para las fotos, sino para la vida!


María Kamila González
Psicoterapeuta Experiencial
3045772598/ 2811648
Bogotá Colombia